Habiendo recuperado el sueño perdido, recién me doy un tiempo para escribir esta crónica. Tuve que sacrificar la madrugada del sábado para terminar la Tarea #1 de Economía de la Empresa, ya que había que presentarla en la clase de las 9 a. m. Para resistir al cansancio tuve que recurrir al energizante de origen austriaco más famoso del mundo: Red Bull (dos, para ser exacto).
Afortunadamente, terminé la tarea a tiempo —casi a las 7.30 a. m.—; sin embargo, había que imprimirla, así que tuve que bajar a la casa de mis papás para utilizar su impresora. Lo que no tenían era hojas, así que tuve que ir a comprar unas cuantas (once, para ser exacto). Finalmente, imprimí el trabajo, y aunque llegué veinte minutos tarde a la clase, todo salió bien. No tuve tiempo de hacerle un control de calidad final, así que no espero un veinte; en realidad, para ser honesto, solo ruego que el profesor Alarco no me jale.
y por ke lo dejarta todo para ultima hora????
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo y de verdad que olvidé comentarlo: la lección aprendida esta vez es no dejar todo para el último momento. Algo básico, dirás tú, pero lo importante es que no me vuelva a suceder.
ResponderEliminarGracias por comentar.
Galileus.
q tal si aplicas formato APA a tu blog? para ir agarrando costumbre jeje
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