Acabo de leer un párrafo escrito por Peter Thomson(1), hace más de once años, que responde una de esas cuestiones existenciales (o quizá triviales) que nunca supe explicar con certeza: ¿por qué ver una película en el cine es mejor que verla en casa?:
La información que recibimos del centro de la pantalla es recogida por nuestra mente consciente, y emitimos un juicio sobre ella antes de almacenarla. La información que proviene de los bordes de la pantalla evita nuestra mente consciente y va directo al subconsciente sin ser juzgada, lo cual genera un sentimiento mucho más profundo respecto de ella. Por esto es que cuando vemos una película en la pantalla grande nos resulta mucho más emocionante, más conmovedora. El mismo film, visto en el televisor de nuestra casa, no suele causar tanto impacto. Esto es porque en la pantalla pequeña toda la información es recibida por la mente consciente, y la misma es juzgada antes de ser almacenada en el subconsciente.
(1) Peter Thomson (1999). Los secretos de la comunicación. Barcelona, España: Granica, p. 40
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