En la portada de la edición de marzo de la revista G de Gestión, aparecen dos ejecutivos de Volcan -Ignacio Rosado y José Carlos del Valle-, quienes lideraron "una de las emisiones de deuda más grandes realizadas por una empresa no financiera en la historia del Perú -a diez años, en los mercados internacionales, por USD 600 millones, a la tasa de 5.375%-".
He extraído algunos párrafos de la entrevista de Gonzalo Carranza al CEO adjunto y CFO de la compañía minera; los que me transportaron a las sesiones de clase del profesor O'Brien (Gerencia de Recursos Financieros):
[...] Así, en 2010 llegaron Rosado y Del Valle [...]. Ambos impulsaron una renovación adicional: convencer al directorio y a los accionistas de la necesidad de incorporar un componente de deuda a su balance para ejecutar los proyectos de inversión que tiene Volcan en cartera por USD 1,000 millones, así como para explorar sus 15,000 hectáreas de concesiones.
[...] Los dos ejecutivos no solo están satisfechos con el éxito de la emisión, sino que miran con entusiasmo el trabajo que les queda por delante: ejecutar las inversiones previstas y continuar desarrollando la estrategia de Volcan.
[...] Volcan no tenía nada de deuda. Sin embargo, ante el tamaño que tiene la empresa, era necesario balancear esa estructura de capital.
[...] la junta decidió una emisión por USD 600 millones y no por los USD 1,000 millones que piensan invertir. [...] una razón muy simple: nosotros generamos una caja adicional a la necesaria de entre USD 100 millones y USD 200 millones al año, que podemos usar para nuestros proyectos de corto plazo. No necesitábamos emitir los USD 1,000 millones.
[...] La empresa suele prepagar sus deudas [...] En realidad, pensamos llegar al final del plazo, pues el objetivo de la emisión no es solo financiar los proyectos de inversión sino tener una estructura de capital más balanceada. Desde el punto de vista de apalancamiento sobre Ebitda, estábamos en el extremo más conservador que podía haber. Incluso ahora, tras la emisión, seguimos estando por debajo del promedio. Internamente, nos hemos puesto un guideline de no tener más de 1.5x en el que nos sentimos cómodos, pero debemos tener en cuenta que ese ratio también se mueve si se cae el Ebitda ante una coyuntura negativa de precios, por lo que es mejor permanecer holgados.
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