Cuando inició esta crónica, allá por inicios del 2011, le puse como misión "el registro cronológico de mi ferviente vocación por obtener el magíster". Pues hoy, jueves 10 de octubre de 2013, llegó el día: !soy MBA!
Nuestro jurado de tesis pronunció las palabras mágicas, y una emoción de satisfacción pero sobre todo de agradecimiento me embargó. Sería interminable la lista de personas que, de una u otra manera, colaboraron y motivaron el cumplimiento de este logro; y a todas ellas les dedico la jornada de hoy.
Este no es el fin —quizás sí el fin de estas Crónicas de maestría—, sino el comienzo; porque ahora nos toca devolver con profesionalismo y verdadera vocación por la excelencia todo lo aprendido, en beneficio de nuestros seres queridos, nuestra comunidad y nuestro país.
¡Sí se pudo! Amen.
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