Gracias al cielo y los santos, el profesor Juan O'Brien —¿no les parece que el nombre no va con el apellido?— nos permitió hacerlo en grupos; lo que no quitó la dificultad, el estrés, la desesperación, que al final, gracias al aporte de todos, pudimos superar. La verdad es que la experiencia en sí fue muy interesante.
¿Y qué parecido tiene el viejo slogan de Pinkerton con las dos últimas semanas de mi vida? Pues ese "We never sleep", en mi caso sería un "I never sleep enough".
Que bueno que fue grupal......el profesor Kurt daba examen de 48 o 72 horas....
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